Héctor Díaz Polanco

Díaz-Polanco, Héctor

An anthropologist and sociologist, is also a research professor of the Center for Research and Higher Education in Social Anthropology (CIESAS) of Mexico. He is renowned as an essayist on the subject of identity, autonomies, and political movements. He has published over 240 texts within his field of specialization, including 20 books as sole author and around 70 as co-author. He has acted as a consultant to the FAO (UN) on indigenous themes; the Nicaraguan government on the design of autonomies (1984-1990); the Zapatista Army for National Liberation (EZLN) during the San Andrés negotiations (1995-1996); and the Autonomous and Country Design Commissions of the National Constitutional Assembly of Bolivia (2007). He has won the International Essay Prize (under the auspices of Siglo XXI Editors, the UNAM and the University of Sinaloa), in 2005; and the Essay Prize of Casa de las Américas (Cuba) in 2008. Among others, Siglo XXI has published his works The Zapatista Rebellion and Autonomy (1997) and In Praise of Diversity: Globalization, multiculturalism and ethnophagia (2006).

viernes, 18 de mayo de 2012

Tiempos difíciles


Carpe Diem: Otra razón para votar por AMLO
Dinorah Pizano

 

Jueves, 17 de mayo de 2012

Hace un mes, el prestigiado periodista Pedro Miguel ("Navegaciones", La Jornada), plasmaba con talento 27 razones que consideraba necesarias reflexionar para votar por AMLO. Me atrevería a agregar una razón más a la de este notable pensador: congruencia.

Vivimos tiempos difíciles, momentos de confrontación. No pasa un día sin que seamos enterados de decenas de muertes sangrientas en uno u otro rincón del país. Cada día que pasa los pobres son más pobres, y los ricos más ricos, se apoderan un poco más de nuestro México.

Sin embargo, ahora se agrega un ingrediente adicional; la inminente elección presidencial. Ante esta circunstancia incrustada en el debate político para granjearse entre unos y otros el sufragio de los mexicanos, uno no puede menos que remontarse al pasado.

Hace 6 años vivimos instantes de diálogo cerrado debido a que las tendencias electorales entre los candidatos de la Coalición por el Bien de Todos y el Partido Acción Nacional resultaron cercanas, casi imperceptibles entre sí, insisten algunos. Diversas investigaciones entre ellas el libro recién publicado La Cocina del Diablo. El fraude de 2006 y los intelectuales de Héctor Díaz-Polanco (Editorial Planeta, 2012), aseguran que AMLO se impuso a Calderón con un margen no muy amplio, pero claramente ganador.

Narra además la guerra sucia del entonces presidente Vicente Fox Quezada y la desaseada y sospechosa actuación del IFE y del TEPJF.

Muchos filósofos políticos han manifestado que la felicidad pública se genera a partir de los comicios. Aunque se trate del valor más elevado de la ética pragmática, el espectro de la democracia se refleja en la voluntad de cada uno de nosotros de emitir libre y soberanamente nuestra preferencia electoral. Sin embargo, la democracia exige el respeto irrestricto a nuestra voluntad voto por voto.

La opción de millones de nosotros de haber votado por una alternativa que privilegiara la atención de las mayorías, no buscó de fondo entonces, al menos en muchísimos casos, disolver los privilegios sociales que el régimen nos había brindado. Tampoco se trató de acceder a posiciones no ganadas sin el fervor del trabajo. Se trató de que las oportunidades para los desfavorecidos, representaran mayores posibilidades para que nuestra sociedad fuera más justa, humana y democrática. Hace seis años, según Díaz-Polanco y otros investigadores, la mayoría de los mexicanos votamos por un cambio que nunca vimos llegar; el TEPJF decidió por nosotros.

Pese a todo, en los años siguientes AMLO continuó enarbolando diversas luchas por la defensa del petróleo, contra los monopolios energéticos y de telecomunicaciones, por la austeridad republicana necesaria en un gobierno y contra la corrupción, entre otras. Tal postura hace, al menos desde mi punto de vista, creíble que actuando en congruencia con sus dichos y hechos, el rumbo del país en sus manos hubiera sido diferente.

En una retrospectiva, si se hubiera respetado el triunfo de AMLO, parafraseando sus propias palabras, “habría aplicado políticas que impulsaran el desarrollo económico y la generación de empleos, y no se habría detonado la crisis de valores, de violencia, de inseguridad y de incertidumbre económica”.

El pasado es imposible cambiarlo, lo único que tenemos es lo por venir.

Seis años después, volver a votar por la opción de generar mejores condiciones de vida para los que más la necesitan, representará que los mexicanos más marginados prosigan su intento por alcanzar la tan ansiada justicia económica y social, en un Estado que les dé esa posibilidad.
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Conductora de Discrepancias en Radio UNAM, entre otras cosas. Humanista, Existencialista y Libertaria. Twitter: @Dinorah_Pizano

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